Tisanas para la Inmunidad

Piques para el sistema inmunitario

En este 2020 la palabra inmunidad se volvió relevante; en general y para los que tuvieron la oportunidad de quedarse en su casa y ser más conscientes de lo que consumían, se convirtió en una oportunidad para investigar e incluir alimentos o bebidas funcionales, y a la vez naturales, que contribuyeran a potenciar el sistema inmunológico. Un desafío de este año, que ya lo teníamos pero se potenció, es poder discernir entre toda la información que recibimos constantemente por redes, medios y mensajes sobre mil temas, pero especialmente sobre qué comer, tomar o qué superalimento elegir para estar saludable o "curarse rápido". Nuestra tendencia occidental nos lleva a veces a comprar todo eso que "nos va a hacer bien" en poco tiempo, consumirlo en grandes cantidades y sin hacer otros cambios, esperar que haga efecto. Y muchas veces o no lo hace o logramos el efecto contrario. Cuando en inglés escucho la expresión "back to basics", a mi mente vienen imágenes de la naturaleza o de un hogar calentito, con una estufa y una tisana de yuyos. Esa expresión, que se puede traducir como "volver a lo sencillo, a lo más importante ", quizás parezca difícil vivirla, porque nos hemos entreverado con tanto consumo y poca paciencia, pero a su vez estamos en un momento ideal para encarar el cambio después de este gran freno. Una de las maneras de potenciar la inmunidad es el consumo sostenido y sistemático de tés y hierbas medicinales; están disponibles, accesibles y son lo suficientemente versátiles como para incorporarlas de la forma que más nos guste: infusión, tintura, jarabes, decocción, o en recetas comestibles.

EQUINÁCEA:
¡Empezá, descansá y retomá!

Una de las plantas medicinales que me encanta empezar a tomar en otoño es la equinácea. Es como contratar un seguro para el invierno; refuerza las defensas, previene alergias, gripes y es antiinflamatoria. Dos o tres tazas al día durante uno o dos meses es suficiente y, como regla general al consumir hierbas, se descansa un tiempo y se vuelve a empezar. En ese período de descanso podemos empezar con otra hierba y así sucesivamente.

El sabor es un tanto amargo, así que si no resultado del todo atractivo se puede combinar con menta por ejemplo, para que la infusión resulte más fresca. También ayuda a aliviar dolores de cabeza y cansancio en general.

LLANTÉN:
Esta planta, con el sobre nombre de “sanalotodo”, conocida popularmente para tratar gastritis, también contribuye a purificar la sangre. Tiene propiedades antibacterianas, antisépticas y contiene vitamina C. Es muy versátil al momento de consumirla: en infusión, jugos verdes, jarabes, aguas saborizadas, ensaladas, o mezclada en la yerba. Si se la observa bien y entrena el ojo, encontrarla será sencillo ya que se reproduce muy fácilmente y sin necesidad de cosecharla.

TÉ:
Los principios activos y beneficios de consumir té, en cualquiera de sus seis variedades, están siempre en revisión mediante estudios académicos, pruebas e investigaciones.

El médico esrilanqués, Tissa Amarakoon, del Instituto de Investigación del Té de Sri Lanka, escribe en su libro “Té para la salud”, que durante la etapa de oxidación en la producción del té negro se generan antioxidantes tan efectivos como los presentes en el té verde. Explica también que una de las respuestas de nuestro sistema inmunológico ante agentes externos y dañinos es la inflamatoria. Esta respuesta produce cantidades significativas de radicales libres, moléculas necesarias en principio y que nuestro cuerpo genera de forma constante, pero que a la larga queremos neutralizar porque contribuyen a enfermarnos, especialmente cuando la respuesta inflamatoria es prolongada y expone a la células al estrés oxidativo. El consumo constante de té contribuye, por sus componentes antioxidantes, a reducir los efectos dañinos de la inflamación y a regular los mediadores de la respuesta inflamatoria.

ORTIGA:
¡Vale la pena pincharse un poco!

La recolección dela ortiga no es sencilla, (las hojitas pinchan y pueden irritar la piel), pero esa dificultad es como la búsqueda del tesoro, una vez que la cosechamos, los beneficios de consumirla hacen que valga la pena el esfuerzo.

Una de las características de la ortiga, como de muchísimas hierbas en Uruguay, es que crece sin necesidad de plantarla especialmente, es ese tesoro que está tan al avista que nos damos cuenta. Hay que saber identificarla y cosecharla de los lugares más naturales posibles.

La ortiga nos aporta vitamina C y hierro y tiene gran contenido de clorofila. Es ideal para consumirla en jugo de naranja o incluirla en jugos verdes. También se puede cocinar y hacer soufflé por ejemplo; recuerdo que me encanto la primera vez que lo probé, en el curso de Plantas Medicinales de Ceuta. Es ideal para alcalinizar la sangre, es depurativa y desintoxicante, lo que viene muy bien para mantener un PH balanceado y así prevenir enfermedades.

Incorporar tés y hierbas, alternarlas, descansar y volver a empezar es una gran ayuda para el sistema inmune y la salud en general; especialmente aquellas que ayudan a desintoxicarnos y purificarnos, no solo por la dieta sino por el ritmo acelerados que llevamos; por algo existe la expresión “no te hagas mala sangre”, una prueba más de que la farmacopea y la sabiduría popular son inseparables.

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